¿Identidad perdida?
Por Martín Albiñana
Que persona en su sano juicio hubiese imaginado alguna vez ver un Barcelona abajo por 7 goles en una eliminatoria a ida y vuelta, totalmente perdido en la cancha, sin encontrar respuestas, con pocas ocasiones de gol, incluso con un gol en contra de Piqué.
Un Barcelona, que a lo largo de la temporada ha dejado de jugar con extremos, con un Valdés que no tiene la salida limpia de antes, y que ha sido muy cuestionado en sus salidas en alto. Un Barcelona, que no tuvo a un Xavi fino en estos últimos meses de la temporada, y esto le implicó al equipo la falta de un conductor en la mitad de la cancha, que sepa cuando tocar para el costado, cuando acelerar, cuando hacer la pausa, es decir manejar los tiempos. Sumado a eso un Fabregas que parece haberse olvidado todo lo aprendido en la Masía, mostrando un nivel muy por debajo de lo esperado cuando pagaron por el unos 40 millones de euros, y siendo pitado por la afición cada vez que tocaba la pelota.
Todo esto fue disimulado con las magnificas actuaciones de Leo Messi, que se ocupa de ocultar todo el problema de fondo. Sin él las largas posesiones del Barca se hacen intrascendentes, al no lastimar en la zona del área rival.
Esto le hace replantear muchas cosas a la dirigencia, si Tito Vilanova está en condiciones de seguir en el puesto de director técnico, y los fichajes de cara a la temporada que entra deberán ser mejor analizados que los de Alexis y Cesc.
Un apartado especial para el Bayern Munich, que supo reponerse después de una final de Champions perdida en su propio estadio, fue absolutamente superior en todas las líneas, y dejó en claro que va por todo este año. Un equipo con dos extremos de primer nivel, como lo son Robben y Ribery, lastimaron a una defensa endeble del Barcelona, con constantes diagonales. Dos leones en la mitad de la cancha como Schweinsteiger y Javi Martinez, sin contar la salida de Tony Kroos por lesión, y dos laterales que pasan al ataque constantemente como Lahm y Alaba.